Nuestro viaje empezó con lluvia, una moto desconocida, un país desconocido, lluvia y algo de viento.
Afortunadamente llevábamos los chalecos calefactables.
Hicimos el viaje directo desde Sofia a Plovdiv, por autopista. Con tan mal tiempo estábamos deseando llegar a Plovdiv y dedicar todo el día a visitar esta preciosa ciudad.
Plovdiv, también llamada la ciudad de las 7 colinas.
Tiene 400.000 habitantes. Es la ciudad habitada más antigua de Europa, anterior a Roma, Atenas y Estambul. Fundada por las tribus Tracias (ancestros de los actuales búlgaros) hace 6.000-8.000 años. Posteriormente fue una importante ciudad para los Romanos.
Solo disponíamos del resto del día para visitar la ciudad, así que dejamos la moto en el Hotel y comenzamos nuestra vista.
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La Ciudad Vieja de Plovdiv es una joya arquitectónica por sus edificios y calles antiguas. Hay varias casas museo que muestran la forma de vida del Renacimiento Cultural Búlgaro en el siglo XVIII. El Museo Etnográfico Regional mantiene habitaciones originales que muestran costumbres y artesania de la época. También es posible visitar una exposición sobre el “Renacimiento Nacional Búlgaro” en una enorme casa antigua con fachada pintada de rojo. La muestra esta dedicada a la ocupación del país por parte de los otomanos (durante casi 500 años) y su posterior liberación encabezada por varios revolucionarios búlgaros.
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| La antigua puerta de la muralla “Puerta de Hissar”, de época medieval, anterior a la ocupación otomana. |
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| La Mezquita Dzhumaya recuerda la etapa de ocupación otomana , es preciosa por dentro y por fuera, con un bonito minarete. Se puede entrar a esa sala descalzo y si eres mujer con una “toga”. Fuera en planta baja hay una curiosa cafetería que ofrece te turco. |
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| La Iglesia Ortodoxa de San Constantin y Elena, al lado de la Puerta de Hisar. |
El estadio Romano (del que apenas queda una pequeña parte a la vista, la mayor parte está bajo tierra, debajo del paseo principal peatonal), el Odeón (Mosaicos y Forum), La Casa museo Balabanov (que recrea una casa de los aristócratas del siglo XVIII) y La Casa Lamartine (cerrada al público).
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| Junto al Hotel, había un local donde podías vestirte con el traje tradicional y hacerte unas fotografías. |
Nos alojamos en el Hotel Residencia Hebros. El Hotel es una antigua casa muy bien restaurada, con habitaciones muy bonitas. En la planta baja tiene un restaurante en el pudimos disfrutar de una magnifica cena. Solo por ver esta ciudad, uno puede venir a Bulgaria.
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